Una oferta en una tienda cercana me dio la solución: ¡Pintaríamos nosotras nuestro propio cuadro!.
Le pedí a Olentzero, que suele venir por estos lares que me trajese unos lienzos de diferentes tamaños y un paquete de pinturas acrílicas (hasta le dí la dirección de la tienda de la oferta para que no se gastase mucho...)
Así, durante las navidades que son muchos días de fiesta y además suele hacer, al menos donde yo vivo, bastante frío tendríamos una actividad que hacer en casa.
La verdad es que no nos complicamos mucho la vida...
Colocamos los cuadros en el suelo del salón sobre unas bolsas de basura en la posición en la queríamos que estuviesen al final. La verdad es que esto parece sencillo, pero cuando hay tres personas de distintas edades y con distintos gustos... la cosa se complica.
Bueno, cuando ya por fin decidimos cuál iba a ser la posición de los lienzos para formar una única composición, comenzamos a dibujar líneas rectas y cuadrados, así, un poco al "tun-tun" con unos lápices.
Y una vez que más o menos estaba, mi hija mayor y yo marcamos los colores (teníamos claro desde el principio que solo iba a llevar blanco, negro y rojo) en los que iba a ir cada parte, corrigiendo y añadiendo o quitando elementos si no encajaban.
Y cuando ya terminó la parte de la planificación...¡¡¡ A pintar!!!
Empezamos por las zonas blancas, cuando se secaron, pintamos las rojas y, por último, las negras.
Cuando ya todo estaba seco, unos salpicados por aquí y por allá (esto fue lo que más le gustó a la pequeña) y ya tenemos nuestro cuadro del salón.
Si no están muy bien colgados... bueno, lo hice yo y en lo de colgar cuadros no tengo mucha práctica, la verdad, pero todo se andará.
Y habrá quien piense: Vale, muy bien, lo pasáis bien, hacéis manualidades, pintáis... pero... ¿se aprende algo con eso? ¡Por supuesto! ¡Muchísimo! Es en estos momentos cuando más cosas aprendo sobre mis hijas. Tenemos que trabajar en equipo, planificar y ordenar, sacar materiales, recogerlos... y sobre todo lo de la planificación me parece algo muy importante ya que los niños de hoy en día están tan acostumbrados a la inmediatez que se ponen directamente a trabajar, a hacer cosas, sin pensar qué hacen y para qué lo hacen o cómo hacerlo mejor.
